El pintor surrealista francés
Alfred Courmes nació en 1898 en los Bormes-les-Mimosas, cerca de la base naval
de Toulon, hijo de un oficial de la marina, un hecho que tuvo alguna influencia
en su obra posterior.
En su juventud su salud era
frágil y fue enviado a recuperarse en un sanatorio, donde tuvo la suerte de
encontrarse con otro pintor, Roger de la Fresnaye, quien después de haber coqueteado
con el cubismo (L'homme assis o 'hombre asentado', 1913-1914 ) estaba emergiendo
como líder de un retorno al arte más formal. La Fresnaye se convirtió en guía
de Courmes, en un maestro simpático. El alumno lo siguió a París, y absorbe las
enseñanzas de su maestro post-cubista, las teorías neoclásicas de la luz y la
composición, la producción de obras altamente formalizadas animadas por toques
de color ácido, entre ellas retratos de su hermana (1921) y de Peggy Guggenheim
(1926). Comenzó a exponer regularmente en el Salón de los Independientes.
La muerte de la Fresnaye en
1927 le inspiró para hacer un homenaje pictórico a su maestro; recordando
L'homme assis, produjo L'homme blesse ( 'El hombre herido', 1929), una versión
actualizada libre de Cristo muerto de Mantegna. Fue el comienzo del segundo
período Courmes, durante el cual pintó obras de absurdo surrealista supremo y
tierna ironía religiosa. En 1935 expuso en el Salón de los Independientes un
estudio satírico del martirio de San Sebastián, en la que el apuesto joven
mártir, de pie en un rayo de luna, está vestido sólo con una gorra roja
marinera, una camiseta a rayas azules y blancas y un par de calcetines
sostenidos por tirantes prosaicos. No se deja nada a la imaginación en la
representación realista de los atributos sexuales considerables de la juventud,
sin tocar (como siempre en las representaciones clásicas de la santa) por la
más pequeña de las flechas. Courmes distribuye sus dardos delicados
compasivamente para evitar todos los órganos importantes. Lla pintura fue
recibida con gran éxito de crítica y público. Ganó el Premio Paul-Guillaume
(compartido con Tal Coat) en 1936, y ahora se exhibe en el Centro Pompidou,
donde se realizó una retrospectiva Courmes en 1989 después de recorrer las
provincias.
Después de este premio se
produjeron varias encargos oficiales, incluyendo la alegoría Toucher ('El
sentido del tacto') para el mural de la fábrica de porcelana de Sevres en la
Exposición Universal de París en 1937, seguido de La Francia Joyeuse para
Ottawa (1938-39).
Fuentes:
Nota: La propiedad
intelectual de las imágenes que aparecen en este blog corresponde a sus autores
y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo de este sitio es divulgar
el conocimiento de estos pintores, a los que admiro, y que otras personas
disfruten contemplando sus obras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puedes añadir aquí tu comentario