Alice Bailly fue una de las
pintoras más radicales de Suiza en las primeras décadas del siglo XX. En 1906,
Bailly se había establecido en París, donde se hizo amiga de muchos pintores
modernistas de vanguardia, entre ellos Juan Gris, Francis Picabia y Marie
Laurencin.
Mientras exponía sus
primeros grabados en madera en París, el fauvismo salió a la luz. Bailly se
inspiró en el uso atrevido del estilo de colores intensos, contornos oscuros y
anatomía y espacio enfáticamente poco realistas. En 1908, sus nuevas pinturas
colgaban en el Salon d'Automne junto al arte de los principales pintores Fauve.
Continuando su
experimentación estilística, Bailly desarrolló su propia variación del cubismo.
En 1912, su obra fue elegida para representar a Suiza en una exposición
itinerante vista en Rusia, Inglaterra y España. Cuando estalló la Primera
Guerra Mundial, Bailly regresó a Suiza, donde inventó "pinturas de
lana", obras de medios mixtos en las que cortos hilos de color imitaban
pinceladas.
Bailly estuvo brevemente
activa en el fenómeno Dada. Se trasladó a Lausana en 1923 y permaneció allí el
resto de su vida, continuando exhibiendo regularmente y promoviendo la causa
del arte moderno. En 1936, Bailly aceptó un encargo para pintar ocho murales
grandes para el vestíbulo del teatro de Lausanne. Esta tarea monumental la llevó
al agotamiento, que presumiblemente la hizo más propensa a padecer la
tuberculosis que marcó su vida dos años más tarde.
Fuentes:
Nota: La propiedad
intelectual de las imágenes que aparecen en este blog corresponde a sus autores
y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo de este sitio es divulgar
el conocimiento de estos pintores, a los que admiro, y que otras personas
disfruten contemplando sus obras.
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