lunes, 9 de enero de 2017

Carl Larsson (1856 – 1919)


Carl Larsson (Estocolmo, 28 de mayo de 1853-Falun, 22 de enero de 1919) fue un pintor y diseñador de interiores sueco. Considerado una celebridad en su país natal, destacaba en la pintura de acuarelista y el diseño.
Su infancia fue un continuo ir y venir rodeado de miseria: sus padres carecían de ingresos económicos y apenas podían mantener a Carl y a su único hermano, Johan. De hecho, Carl tuvo que acudir a una escuela para pobres, la escuela primaria de Ladugårdsland. El cólera, la enfermedad, la vida en los barrios bajos y la suciedad eran constantes en el entorno del joven Larsson.
Por suerte, en 1866 tuvo la oportunidad de ir a la Academia de Arte de Estocolmo. En este curso preparatorio obtuvo hasta 12 medallas por su calidad como dibujante, pudiendo así optar a un curso de dibujo clásico. En 1871, simultaneando sus estudios en la Academia, trabaja en el estudio fotográfico de los hermanos Roesler, y como dibujante en la revista humorística Kasper.
Durante la década de los setenta del siglo XIX, estuvo realizando numerosas ilustraciones para libros; sin embargo, alrededor de 1877, tras viajar a París por primera vez, se ve sumido en la pobreza e incluso piensa en el suicidio.
En 1882, al trasladarse a la colonia de artistas en Grez-sur-Loing, a 70 km de París, conoce a la que será su musa y gran apoyo moral para el resto de su vida, la también artista sueca Karin Bergöö. Después de conocerla y casarse con ella, comienza a recibir encargos, como el de decorar el techo y las lunetas del palacio Bolinder, en Blasieholmshammen; además, realiza varios viajes que ayudan a conformar su talante artístico, visitando sucesivamente Suecia, Italia y Londres.
En 1888 el padre de Karin les regala Lilla Hyttnäs, una casa en Sundborn, hoy casa-museo de Larsson, la cual reflejó innumerables veces en sus acuarelas, como símbolo de la felicidad familiar y de la prosperidad, premio a su infancia y adolescencia miserable y empobrecida. En 1899, Larsson publicaría el libro Ett Hem (Un hogar) con 24 acuarelas basadas en la vida de su familia en la casa y su jardín. Fue muy popular desde su misma publicación, convertiría en una de los libros de más ventas en la historia de Suecia.
El estilo de Carl Larsson, que bebe del realismo de Barbizon, de la tarjeta postal y del Modernismo a partes iguales, cautivó a la época por la ternura que evocan sus numerosísimas ilustraciones donde representaba a su esposa y a los siete hijos que tuvo con ella: Suzanne, Ulf, Pontus, Lisbeth, Brita, Mats –que falleció con dos meses de edad, en 1895 – Kersti y Esbjörn, nacido en 1900. Estos niños llegaron a ser tan populares que casi fueron tomados como personajes con identidad propia del arte de entonces.
Su principal objetivo como artista era representar el "lado amable de la vida", después de toda una época de penurias: escenas cotidianas, cargadas de ternura y calidez, de su esposa con sus hijos, los niños jugando, los veranos en la playa, interiores del hogar, etc. El personal estilo de decoración de Karin y de Larsson dio como fruto una manera completamente moderna de acondicionar y estructurar una casa, de forma que fueron considerados verdaderos "diseñadores" de interiores, adelantados a su tiempo: colores cálidos, interiores plenos de luz, vajillas sencillas y demás detalles contrastaban con el estilo oscuro, recargado y victoriano de otros hogares de la misma época.
Fuentes:
Nota: La propiedad intelectual de las imágenes que aparecen en este blog corresponde a sus autores y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo de este sitio es divulgar el conocimiento de estos pintores, a los que admiro, y que otras personas disfruten contemplando sus obras.













































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