viernes, 27 de enero de 2017

John William Godward (1861 – 1922)



John William Godward (Wimbledon, Londres, 9 de agosto de 1861-Fulham Road, Londres, 13 de diciembre de 1922) fue un pintor británico cuya extensa producción, determinada por un extraordinario virtuosismo, coincide cronológicamente con el final del periodo prerrafaelista en Inglaterra.
De familia adinerada, John fue bautizado en la iglesia anglicana de St. Mary de Battersea el 27 de octubre de 1861.
Parece que el carácter prepotente de su padre, junto a la educación demasiado rigurosa e inflexible recibida de su madre, harán del futuro pintor un ser tímido y solitario de por vida.
De su etapa escolar, se sabe que sus notas no fueron nunca sobradamente satisfactorias, si bien tenía fama de ser «el artista del colegio». Incluso en la casa no veían con malos ojos su destreza para el dibujo, mientras se procuraba introducirlo en el mundo de los negocios (su padre era empleado bursátil en la Life Assurance Society de Londres) o colocarlo en el despacho de un arquitecto amigo de la familia.
Hacia 1877, Godward comienza a trabajar a las órdenes de su padre a la vez que en el citado taller de arquitectura donde, al cabo de dos años, el joven ha adquirido ciertos conocimientos de interiorismo y, sobre todo, aprendido a representar pictóricamente el mármol, lo que será decisivo en toda su obra posterior.
Entre 1880 y 1882, estudia —a escondidas de sus padres— en las escuelas de Arte de Burlington House y St. John's Wood, relacionándose con artistas del momento como Alma-Tadema, Frederic Leighton, Edward Poynter o Albert Joseph Moore.
En 1887, participa en la muestra de verano de la Royal Academy of Arts, al parecer, animado por William Clarke Wontner y sus futuros colegas de Bolton Studios. En este caso, la pieza expuesta fue “A Yellow Turban”, que pasó desapercibida.
Tras varios viajes al país en 1910, a mediados de 1911, se traslada «precipitadamente» a Roma, acompañado de «su modelo italiana», algo que su madre, Sarah —junto a su firme determinación de dedicarse a la pintura—, nunca habrá de perdonarle. Parece ser que el continuo enfrentamiento entre madre e hijo es el que adelante su «huida» a Italia.
A diferencia de otros artistas de su generación, invariablemente atraídos por los tesoros renacentistas de Florencia y Venecia, Godward se siente fascinado por la magnificencia clásica de Roma y Nápoles.
Enfermo y deprimido, regresa a Londres en mayo o junio de 1921. Para el artista, Roma había perdido su encanto.
Fuentes:
Nota: La propiedad intelectual de las imágenes que aparecen en este blog corresponde a sus autores y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo de este sitio es divulgar el conocimiento de estos pintores, a los que admiro, y que otras personas disfruten contemplando sus obras.















































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