Es muy difícil permanecer
indiferente ante una pintura de Lilli Hill. Más allá de análisis en profundidad
sobre las implicaciones de su representación de la figura femenina, la fuerza
visual de las obras te atrapa de inmediato. La obesidad expuesta en todo su
esplendor contrarresta las habituales connotaciones negativas con gracia,
levedad y una desinhibición descarada y cómplice. Lilli es ella misma en cada
obra, y en cada una hay una reafirmación de un ideal estético. Al ver una de
sus mujeres te pueden venir a la mente Rubens, Freud o Botero, pero la libertad
de Lilli es única.
Lilli Hill nació en Abay,
Kazajistan central, en 1976. Después de recibir formación privada en
pintura, su primera exposición tuvo lugar en la "Casa de la Cultura",
en Karagandà, capital de la provincia homónima en Kazakhstan. En 1993 se
trasladó a Alemania, y entre 2003 y 2007 estudió pintura con Jürgen Storr, Artes
Gráficas, Historia del Arte y Filosofía en la Universidad de Wüppertal.
«La presentación de la
apariencia de las figuras (prácticamente todas ellas autorretratos mostrando
una continuación, un estado poco corriente del cuerpo), se ha mejorado
específicamente con el color. La encarnación (el tono de la carne) es como de
porcelana, una interpretación específicamente tierna del color de la piel, y
que, por tanto, coincide con un ideal tradicional de belleza. Sólo que estos
están en constante cambio. Sólo muy recientemente la palidez, el ideal de
Blancanieves, se ha vuelto a hacer popular, como en los grupos del Burlesque y
góticos. De esta manera, las pinturas de Lilli Hill se presentan como
individualizadas y especiales. Algunas imágenes de Lilli Hill inevitablemente
recuerdan el desnudo reclinado de Lucian Freud "Benefits Supervisor
Sleeping", pero sólo en lo que tiene que ver con el motivo, ya que la
ejecución de la pintura no podría ser más diferente. Rubens tenía una pincelada
distintiva y como el Freud tardío, un trazo de pincel que arrastra emoción,
incluso incorporándola. En contraste, las pinturas de Lilli Hill demuestran ser
contenidas, inabordables: la suave superficie aporta una distancia estética.
Aquí entra en juego la perfecta ejecución pictórica. Esta es, por una parte,
"ilusionista", pero manteniendo la distancia. Por otra, es un
"trompe l’œil" (trampantojo), definiendo así el carácter de lo
pintado como una pintura, definiendo la imagen no como vida, sino como arte. La
distancia es así parte del tema, ya que declara la supuesta (e incomprendida)
accesibilidad y vulnerabilidad desnudando un engaño. Las figuras son fuertes y
reservadas, y solo dejan que ocurra lo que ellas quieren. Sus acciones pueden
ser frívolas o descaradas, pero siempre seguras de sí mismas. Es la
manifestación de la imagen de la femineidad asentada firmemente lejos de la
"cocina, la iglesia y el jardín de infantes" (una especie de persona
"grillo del hogar", que sólo se ocupa de sus tareas domésticas),
imbuyéndola de una forma emancipada al hacer uso de las formas de presentación,
lo cual es generalmente utilizado en las representaciones de la mujer como
objeto erótico, creando una inusual auto-evidencia del ser una mujer.»
Fuentes:
Nota: La propiedad intelectual de las imágenes que aparecen en este blog
corresponde a sus autores y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo
de este sitio es divulgar el conocimiento de estos pintores, a los que admiro,
y que otras personas disfruten contemplando sus obras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puedes añadir aquí tu comentario