jueves, 16 de febrero de 2017

Miquel Aparici


Miquel Aparici es un artista nacido en Barcelona en 1963. Su obra actual gira en torno a las esculturas, generalmente de animales, realizadas con material reciclado, objetos recuperados, en un tono minimalista, imaginativo e ingenioso, procurando respetar al máximo los elementos constitutivos, alterándolos lo menos posible durante el proceso de montaje. Su estudio en l'Hospitalet es un reducto colmado de objetos de todo tipo que el artista va recolectando, y entre los que rebusca para ir componiendo sus piezas.
Miquel estudió diseño gráfico, y actualmente es director artístico de la revista Jueves.
«Yo intento extraer belleza de cosas que la gente no encuentra necesariamente bellas. Por ejemplo, he dibujado un piojo que me parece bello, también una medusa, un pez abisal,  que son animales no necesariamente bellos. Yo nunca haré una mariposa porque ya es bella de por sí. A mí, lo que es bello de por sí no me interesa, porque ya es una cosa demasiado bonita. Encuentro absurdo intentar hacer algo bonito cuando ya lo es.»
«He unido dos de mis pasiones: la biología y los objetos antiguos. Busco materiales y herramientas antiguas e intento combinarlos en mi taller para crear mi fauna particular.»
«Cuando comienzo a hacer una pieza nunca sé que voy a hacer, pero siempre me salen pájaros, insectos, animales... A veces intento hacer otras cosas y me salen mal, no fluyen naturalmente, tampoco me siento a gusto ni lo disfruto. Los animales me surgen espontáneamente. Me gustan los animales que tienen alas, antenas o patas, aquellos que tienen elementos que permiten  que la escultura sea volumétrica, es cuando me siento más cómodo.»
«Una sola pieza me puede desencadenar la escultura y el resto de piezas me sirven de relleno. Lo más importante suele ser la cabeza, es el eje, el alma de la escultura. Debe funcionar sí o sí y todo lo demás debe armonizar con esa pieza central. La otra posibilidad es saber qué animal quiero hacer pero, siempre, sin saber cómo lo voy a hacer. Entonces primero debo hacer el esqueleto que me sirve de percha para ir colocando todos los otros elementos y consigo rellenar ese esqueleto sin saber cómo acabará pero, sabiendo que quiero hacer ese animal. Para mí es como un juego. No suelo hacer bocetos. Me imagino mi taller como la habitación de un niño, lleno de cacharros y yo sentado en medio probando a ver cómo funciona; esa sería la definición de mi proceso creativo, un niño jugando. Es como un Lego…»
Fuentes:
Nota: La propiedad intelectual de las imágenes que aparecen en este blog corresponde a sus autores y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo de este sitio es divulgar el conocimiento de estos pintores, a los que admiro, y que otras personas disfruten contemplando sus obras.















































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