Macdonald nació en Malawi en
1962, asistió a la escuela de arte en Dundee, donde regresó después de vivir y
trabajar en Londres desarrollando su carrera temprana.
Los personajes del otro
mundo en su serie de cabezas de retratos tienen el aspecto de peregrinos
olvidados, acomodados y restringidos por cuerdas como los seguidores de alguna
forma perversa de puritanismo. Cada uno está claramente titulado según un
estado de ánimo: hedonista, altruista, sádico. Leemos los títulos y buscamos
sus facciones de cera, con la esperanza de descubrir su alma en el rizo de un
labio, o la inclinación de una barbilla. A pesar de este intento de
autoafirmación, las figuras permanecen aisladas, sujetas por sus cuerdas, como
por los códigos y las restricciones de la sociedad.
Estas son bellas pinturas,
tanto más potentes por su sentido destilado de calma. Macdonald no nos da
respuestas, pero las preguntas que plantea sobre la búsqueda de la fe y la
identidad que en un mundo moderno difícilmente tocan un nervio y en los rostros
de sus peregrinos nos reconocemos a nosotros mismos.
Fuentes:
Nota: La propiedad intelectual de las imágenes que aparecen en este blog
corresponde a sus autores y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo
de este sitio es divulgar el conocimiento de estos pintores, a los que admiro,
y que otras personas disfruten contemplando sus obras.
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