Mitch Griffiths nació en
Nuneaton en 1971 y tuvo una temprana pasión por el dibujo que fue fomentada en
su escuela, a la que representó en varios concursos de arte. Planeando una
carrera artística, se matriculó en el Devon College, consiguiendo un Diploma en
Diseño Gráfico en 1987. Esto fue seguido por un Diploma Nacional Superior en
Ilustración en el Southampton Institute. Su trabajo inicial como ilustrador
comercial, en proyectos que van desde portadas de revistas a murales, se
complementa con una gran variedad de trabajos temporales, como el que estuvo
realizando en chapa, que le aportó una renta regular.
Mitch trabaja un tradicional
y casi olvidado estilo pictórico, inspirado en la luz y la composición de los
antiguos maestros, pero lo utiliza para representar asuntos concernientes a la
sociedad británica del siglo XXI. Su tema principal es la naturaleza
transitoria y descartable de la cultura contemporánea, que presenta un marcado
contraste con la permanencia y el carácter indeleble de la pintura al óleo
sobre lienzo.
«Estoy muy interesado en la
iconografía, sus reglas, su simbolismo e interpretación. Toda la publicidad,
promoción y entretenimiento son iconografía, diseñada para inculcar reverencia
por un producto o persona. A medida que crece nuestra fe en un producto o
persona, se hace más poderoso, gana más adeptos y es reverenciado por los actos
de esos adeptos.»
«Lo que logro poner en el
lienzo es normalmente alrededor del 10% de lo que tengo en mente. El proceso de
creación de una obra es una cuerda floja entre pequeñas victorias y
frustraciones aplastantes. Una vez más, esto va desde la fase de concepto,
estableciendo modelos y composiciones para plasmar la pintura en el lienzo.
Tengo una relación muy bipolar con mi trabajo.»
«Fue en 1995 cuando por
primera vez intenté realmente pintar con acrílicos. El ensayo y error me fueron
guiando, pero generalmente tenía éxito en lo que intentaba. Para el 2003 ya
había hecho la transición al óleo. Mucha gente me decía que mis pinturas
parecían fotorrealistas por aquél entonces. Yo me lo tomaba como un cumplido,
pero no era lo que pretendía lograr. Una pintura realista, cualquier pieza de
arte realista, tiene que tener un alma, una cualidad orgánica. La técnica nunca
debe sobreponerse a la emoción o el mensaje. No intento hacer que mi obra se
vea real; intento hacer que el espectador entre en MI realidad.»
«La definición del
diccionario de "patriota" es "estar inspirado por el amor a su
país". O sea que sí, podría decir que lo soy. Hay cosas que realmente amo
de este país, pero también hay cosas que me avergüenzan. Por ejemplo, la idea
de que esta pequeña isla haya construido un imperio global es una espada de
doble filo. Particularmente cuando piensas en los medios con los cuales ese
imperio fue creado y el costo que tuvo para los demás.»
«El arte puede ser una vía
de escape y llevarte a viajes maravillosos, tanto para el artista como para el
espectador. Sin embargo, debe tener un eco de realidad para conectar de verdad
(y no quiero decir que tenga que ser realista; puede ser en cualquier estilo y
en cualquier medio). Se necesita que haya seriedad. La mejor obra es
monumental, no ornamental.»
Fuentes:
Nota: La propiedad intelectual de las imágenes que aparecen en este blog
corresponde a sus autores y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo
de este sitio es divulgar el conocimiento de estos pintores, a los que admiro,
y que otras personas disfruten contemplando sus obras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puedes añadir aquí tu comentario