Artista nacido en 1949 en
Tbilisi, Georgia. Vive y trabaja en Tel Aviv. En 1973 se graduó en la Academia
Estatal de Artes de Tbilisi, MA.
“Mi relación con los
interiores de Simon Adjiashvili es muy diferente de la habitual amistad con el
arte. Durante años Simon vivió en el apartamento bajo el mío en Tel Aviv. Los
apartamentos eran idénticos en estructura así como en varias características
tales como puertas y ventanas. Y así cuando vi sus pinturas, vi mi apartamento
también. Mientras tanto, Simon se alejó, pero cuando miro estas pinturas puedo
ver en ellas, tal vez más que el observador "ordinario", una carta de
Simon dirigida directamente a mí. Vivo casi literalmente dentro de algunas de
estas pinturas.
Yo no habría mencionado este
detalle personal si no pensara que hay algo que no es sólo personal. Porque
ante todo estas pinturas transforman un espacio familiar, familiar incluso para
aquellos que no viven en mi apartamento, a un espacio del espíritu, del secreto
y de la imaginación. El que conoce estas habitaciones desde dentro ve esto a la
vez, pero no necesitas vivir en ellas para verlo.
Walter Benjamin escribió que
el vagabundo pasa las calles de la ciudad como un marinero cuya nave ha
fondeado en una ciudad extraña. Simón adopta esta sugerencia pero al revés: así
es como observa su propia casa. Esta exposición es un viaje a la exótica de lo
familiar.
Las pinturas de Simon
transforman el hogar en un rompecabezas fragmentado. El rompecabezas no se
puede juntar en un cuadro completo. Por el contrario, con cada pintura
adicional el rompecabezas crece, el cuadro grande retrocede un poco más lejos.
Por lo tanto, las áreas particularmente cargadas en estas pinturas son las
áreas de frontera, o áreas de transición de un espacio a otro. Estas son las
áreas donde los detalles podrían haber relacionado con la totalidad y, sin
embargo, no. Las puertas entre habitaciones adyacentes son tales áreas. En una
casa común el paso es neutral y rutinario. ¿Alguien piensa que "he pasado
de la sala de estar a la sala", pero aquí, en algunas de estas pinturas de
una gran región de la oscuridad separa el espacio que vemos del resto. Tal vez
esta oscuridad tiene una frontera y en otra pintura encontrarás otra habitación
al final de la oscuridad, pero en una pintura una sala común se abre hacia el
observador, que mira a esta habitación ordinaria como si desde el otro lado de
la noche. En el otro extremo de la pintura, el abismo de la oscuridad puede
volver a verse, renacer y engrosarse, conduciendo a quien sabe dónde. Tal vez
allí también en el otro extremo alguien se para y mira hacia adentro. De la
oscuridad a la oscuridad, la oscuridad a través de la cual brilla una débil
luz, se puede ver la casa, es decir, la pintura.
Dror Burstein
Fuentes:
Nota: La propiedad intelectual de las imágenes que aparecen en este blog
corresponde a sus autores y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo
de este sitio es divulgar el conocimiento de estos pintores, a los que admiro,
y que otras personas disfruten contemplando sus obras.
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