Me gradué con un MFA en la Universidad
de Edimburgo de Arte en 1997, ese año gané la beca de Andrew para la pintura y
el año anterior el premio de la confianza de la educación internacional
escocesa para el trabajo excepcional de un estudiante en una escuela de arte
escocesa. Desde que dejé la universidad he trabajado a tiempo completo como
artista, exponiendo regularmente y en 2002 me concedieron una beca de la
Fundación Elizabeth Greenshields. También trabajo para un editor independiente
como ilustrador de libros, en los últimos años he pintado portadas para el
premiado autor del New York Times GP Taylor y el actor de los Archers Tim
Bentinck entre otros.
Vivo y trabajo en la hermosa
ciudad de Edimburgo.
El tema de la forma femenina
sigue siendo uno de los favoritos para los artistas y amantes del arte de todos
los géneros. Su popularidad explica por qué los críticos de arte a menudo lo
ven con sospecha, quizás porque habla de la tradición, la ortodoxia y el dogma
por un lado, la decadencia y el erotismo crudo por el otro. Es cierto que
durante cinco siglos los artistas grandes y pequeños nos han legado más
hectáreas de carne pintada que cualquier otro tema. Entonces, ¿por qué
persistir en más de lo mismo? Es mi opinión no es lo mismo, cada mujer es un
individuo único en y de su tiempo y lugar que nunca se repetirá.
Los viejos maestros
probablemente no pensaron en las ideas del siglo XXI como el feminismo, la
política de género, la falsa representación deliberada de las mujeres por parte
de los medios de comunicación por consideraciones comerciales, la imagen
corporal negativa entre las niñas y las mujeres jóvenes. Estas no son
cuestiones triviales, pero no es una mala reflexión sobre los artistas del
pasado, las preocupaciones de su tiempo eran diferentes y en muchos casos mucho
más aterradoras. Yo, sin embargo, soy un artista que trabaja ahora y siento la
responsabilidad moral de representar a las mujeres tanto como las encuentro y
cómo ellas mismas desean ser vistas. A veces puedo halagar pero nunca intento
idealizar, no veo la necesidad. El cuerpo no debe conformarse a una idea de
belleza, el cuerpo es belleza. Mis pinturas son colaboraciones entre dos
iguales, mis modelos contribuyen tanto por sus ideas como lo hacen con su
belleza. De hecho, sus ideas son a menudo mejores que las mías. No veo a las
mujeres que graciosamente posan para mí como esculturas vivas o objetos vacíos
de deseo, son mis colegas y colaboradores. Aunque sospecho que ninguno de ellos
se ha considerado nunca como grandes bellezas o algo especial, para mí siempre
fueron y siguen siendo la compañía más hermosa e inspiradora y les agradezco a
todos el privilegio de dejarme pintarlos.
Fuentes:
Nota: La propiedad intelectual de las imágenes que aparecen en este blog
corresponde a sus autores y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo
de este sitio es divulgar el conocimiento de estos pintores, a los que admiro,
y que otras personas disfruten contemplando sus obras.
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