Nacida en Moscú en 1970, vivió
durante varios años en el extranjero después de graduarse del Departamento
Monumental del Instituto de Arte Stroganov de Moscú. Sus exposiciones
personales se organizaron en Gran Bretaña, EE. UU., Hungría y Yugoslavia
durante este tiempo. Ahora está otra vez en Moscú probando sus posibilidades en
pedagogía y, por supuesto, continúa dedicándose a la creatividad.
No hay formas nítidas en las
obras de arte de Shagina, los contornos de los objetos emergentes a veces son
fragmentados y no están totalmente desarrollados. Se asemejan a imágenes
borrosas de sueños a medias y pueden ser difíciles de asociar con cualquier
estilo definido. No es abstracción geométrica ni impresionismo abstracto, solo
son imágenes del espacio interior del artista, tanto simbólicas como
emocionales.
Las pinturas de Shagina
cuelgan en el prestigioso Museo Estatal Ruso, el Museo Literario Estatal,
colecciones corporativas y privadas en su país y en el extranjero.
"En enero de 1980, una
estudiante de ballet de diez años en el Salón de los Jóvenes Pioneros de Moscú
miraba por el ojo de la cerradura de la clase de escultura cuando alguien abría
la puerta y le dio un fuerte golpe en la frente. La maestra le dijo "si
quieres aprender arte, es mejor que lo hagas en este lado de la puerta". Y
así comenzó la carrera artística de Olga Shagina, primero en la sala Pioneer,
luego en el Moscow's Children's Art, escuela número uno y estudios privados.
Todos los días después de la escuela asistía a clases de arte extracurriculares
en uno u otro instituto y algunos días en más de uno. Este régimen continuó
después de la escuela hasta la edad de 16 años y después del trabajo desde la
edad de 16 hasta 18. Todo esto suponía un camino de preparación para ingresar
al famoso Instituto de Arte Stroganov, que generalmente requería capacitación
preparatoria en una escuela especial desde los 6 años. Se habían perdido cuatro
años y de alguna manera había que recuperarlos. La capacitación en el Instituto
comprendió Teoría de la Restauración, Restauración Práctica, Dibujo, Pintura,
Composición, Historia del Arte, Química, Historia del Ornamento e Iconografía.
Las dos terceras partes de este estudio se dedicaron al dibujo y la pintura y,
como dice Olga con la ambigüedad adecuada, "tuve un profesor de pintura
tan maravilloso que abandoné todo lo demás".
Olga sobresalió en el
Instituto. La formación temprana en Matemáticas y Filosofía y su interés en la
arqueología le dieron un nuevo enfoque al arte, no del todo convencional y no
del todo popular en la Facultad de Restauración. Pronto se hizo evidente que el
interés de Olga en la pintura no era con fines de restauración y la facultad se
preocupó de que uno del rebaño fuera definitivamente una oveja negra. "No
estaban contentos con la dirección de mi mente".
Ya a los 19 Olga había
tenido una serie de exposiciones, primero con amigos, y luego sola. La pintura
se convirtió en su vida, ella pintaba día y noche, llevaba una vida casi
monástica y exhibía cuando tenía hambre. El espacio vital y el espacio de
estudio, era difícil de encontrar, por lo que vivió un tiempo en la azotea de
un albergue estudiantil. Eventualmente, vendedores astutos encontraron
compradores en Tokio, Los Ángeles y Bonn, y Olga disfrutó de un período de
prosperidad desconocido para sus amigos y familiares en Moscú.
Olga Shagina no habla mucho
sobre su trabajo, "Es como la música", explica, "o el amor, no
se puede explicar con palabras, solo se puede experimentar".
Aún así, el crítico de arte
debe intentarlo. Así que uno trata de arrinconarla con preguntas sobre quién la
influenció, qué tenía en mente a la hora de pintar, a quién admiraba más.
Ron Akira Akamoto. Crítico
de arte.
Fuentes:
Nota: La propiedad intelectual de las imágenes que aparecen en este blog
corresponde a sus autores y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo
de este sitio es divulgar el conocimiento de estos pintores, a los que admiro,
y que otras personas disfruten contemplando sus obras.
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