martes, 31 de julio de 2018

Owen Claxton


Me gradué con un MFA en la Universidad de Edimburgo de Arte en 1997, ese año gané la beca de Andrew para la pintura y el año anterior el premio de la confianza de la educación internacional escocesa para el trabajo excepcional de un estudiante en una escuela de arte escocesa. Desde que dejé la universidad he trabajado a tiempo completo como artista, exponiendo regularmente y en 2002 me concedieron una beca de la Fundación Elizabeth Greenshields. También trabajo para un editor independiente como ilustrador de libros, en los últimos años he pintado portadas para el premiado autor del New York Times GP Taylor y el actor de los Archers Tim Bentinck entre otros.
Vivo y trabajo en la hermosa ciudad de Edimburgo.
El tema de la forma femenina sigue siendo uno de los favoritos para los artistas y amantes del arte de todos los géneros. Su popularidad explica por qué los críticos de arte a menudo lo ven con sospecha, quizás porque habla de la tradición, la ortodoxia y el dogma por un lado, la decadencia y el erotismo crudo por el otro. Es cierto que durante cinco siglos los artistas grandes y pequeños nos han legado más hectáreas de carne pintada que cualquier otro tema. Entonces, ¿por qué persistir en más de lo mismo? Es mi opinión no es lo mismo, cada mujer es un individuo único en y de su tiempo y lugar que nunca se repetirá.
Los viejos maestros probablemente no pensaron en las ideas del siglo XXI como el feminismo, la política de género, la falsa representación deliberada de las mujeres por parte de los medios de comunicación por consideraciones comerciales, la imagen corporal negativa entre las niñas y las mujeres jóvenes. Estas no son cuestiones triviales, pero no es una mala reflexión sobre los artistas del pasado, las preocupaciones de su tiempo eran diferentes y en muchos casos mucho más aterradoras. Yo, sin embargo, soy un artista que trabaja ahora y siento la responsabilidad moral de representar a las mujeres tanto como las encuentro y cómo ellas mismas desean ser vistas. A veces puedo halagar pero nunca intento idealizar, no veo la necesidad. El cuerpo no debe conformarse a una idea de belleza, el cuerpo es belleza. Mis pinturas son colaboraciones entre dos iguales, mis modelos contribuyen tanto por sus ideas como lo hacen con su belleza. De hecho, sus ideas son a menudo mejores que las mías. No veo a las mujeres que graciosamente posan para mí como esculturas vivas o objetos vacíos de deseo, son mis colegas y colaboradores. Aunque sospecho que ninguno de ellos se ha considerado nunca como grandes bellezas o algo especial, para mí siempre fueron y siguen siendo la compañía más hermosa e inspiradora y les agradezco a todos el privilegio de dejarme pintarlos.
Fuentes:
Nota: La propiedad intelectual de las imágenes que aparecen en este blog corresponde a sus autores y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo de este sitio es divulgar el conocimiento de estos pintores, a los que admiro, y que otras personas disfruten contemplando sus obras.






























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