lunes, 13 de agosto de 2018

Joan Brotat (1920 - 1990)


Joan Brotat Vilanova, nacido en Barcelona en 1920, fue uno de los artistas más originales y, sin embargo, hoy peor conocidos de la reconstrucción de la modernidad en los años de posguerra en España.
Su procedencia humilde, la experiencia dura de la participación en la Guerra Civil como miembro de la Quinta del Biberón (un hecho que, significativamente, ocultó toda su vida) y una posguerra muy dura, económica y moralmente, explican la dificultad y la tardanza en la carrera de Joan Brotat, que sólo se hizo pública cuando ya había cumplido los treinta años. La pintura y la creación de un mundo de inocencia absoluta fueron la respuesta a esa amargura. Después de un éxito de crítica que fue un espejismo, las circunstancias de la vida y la dinámica del sistema del arte lo relegaron posteriormente a un olvido injusto.
Antes de su primera exposición, Brotat tuvo un breve período de informalismo y experimentación con collages y técnica gestual, pero en 1949 su obra empezó a adquirir un estilo primitivista muy personal como una reinvención de la pintura románica catalana. En su desarrollo artístico fue determinante conocer al crítico José María Sucre, quien descubrió la obra de Brotat y se dispuso ayudarle y orientarle. Lo presentó al también crítico Angel Marsá, responsable de las galerías Jardín, donde expondrían Guinovart, Tharrats y el grupo Lais entre otros.
Con treinta años Brotat realizó su primera exposición en noviembre de 1950 en las Galerías Jardín, dentro del III Ciclo Experimental de Arte Nuevo. En su segunda exposición en las Galerías Jardín, en 1951, se produce el encuentro con Rodríguez Aguilera, que sería un apoyo firme durante toda su carrera. Este lo presentó a Eugenio d’Ors, que se entusiasmó con Brotat y lo incorporó en 1953 al X Salón de los Once de Madrid exponiendo con Miquel Villá, Antoni Tápies, Josep Guinovart, Rafael Zabaleta, Manolo Millares, Antonio Saura...
En 1954 volvió a participar en el XI Salón de los Once, en Galerías Biosca, junto a Cristino Mallo, Angel Ferrant, Manuel Capdevila, Ramón Rogent, Carlos Pacual de Lara y Manuel Gil Pérez. Participó en Bienales Internacionales, como Venecia, Tokio, Hispano-americana, Alejandria o Bilbao. Practicó en Valencia y Manises la cerámica de la mano de Salvador Faus realizando numerosas piezas.
Buscó un lenguaje primigenio y sus exploraciones lo llevaron a una figuración primitiva, ruda y elemental, casi brutalista en algunos momentos, que luego se fue sofisticando y haciéndose preciosista. En sus inicios, el gesto es ágil, espontáneo y dinámico; recuerda claramente la crudeza y la fuerza del arte infantil. Pero a diferencia de los naifs, en Brotat hay una voluntad culta y reflexiva, como demuestran la vinculación al modelo románico y los esbozos abstractos, que preceden a la opción figurativa. Brotat enlazó con la corriente de primitivismo estético que se desarrolló en la Europa de posguerra y que tuvo una constancia muy notable en España, vinculada a la herencia de Joan Miró y a los debates surgidos alrededor de la llamada Escuela de Altamira. Fue, tal vez, uno de los más fructíferos representantes de esa tendencia.
Hijo de zapateros y vecino de un barrio tradicional de artesanos, una de las temáticas clave de Brotat es el mundo del trabajo, pero no el de la industria y la tecnología, que sería el propio de las dinámicas de su tiempo, en la era atómica y de los inicios de la sociedad de consumo, sino el de la artesanía y la agricultura, el de las tareas y los modos de hacer anteriores a la alienación. Había en él una especie de ética genuina del artesano.
Murió de cáncer en 1990.
Fuentes:
Nota: La propiedad intelectual de las imágenes que aparecen en este blog corresponde a sus autores y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo de este sitio es divulgar el conocimiento de estos pintores, a los que admiro, y que otras personas disfruten contemplando sus obras.










































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