viernes, 9 de noviembre de 2018

Chung Shekh


Al ver el arte de Shek, uno puede reconocer la graciosa influencia de algunos maestros antiguos. Su acercamiento a la composición y estructura, y de la luz y la sombra, hace eco de lo que se ve en la obra de David, Ingres y Bouguereau.
De hecho, la tradición figurativa de los pintores del siglo XIX había extraído sus temas de la mitología griega y romana, o de la Biblia. Shek no hace nada. Uno de los énfasis principales de su trabajo es sobre la figura humana, como en siglos pasados, y cómo expresa emociones que van desde la alegría y el deleite a un sentimiento de tristeza y pérdida, desde la curiosidad hasta la contemplación. Sus figuras pintadas, desde una sola figura hasta parejas y grupos complejos, son estudios de expresiones y sentimientos como un reconocimiento de que la forma humana es capaz de plantearse en infinitas variaciones.
Las posturas de sus bailarines, aparentemente simples, introducen curvas complicadas que involucran muchas partes del cuerpo: manos, pies, brazos, piernas, caderas, hombros y torso. Como tal, su trabajo no solo captura el carácter único y la calidez de cada tema, sino que trasciende la forma para sugerir la esencia del individuo. Están motivando en parte porque él puede embellecer y hacer convincentes a las bailarinas mientras conservan su parecido. Hay algo muy honesto y auténtico en estos breves destellos, en sus momentos de pausa, aprovechados del implacable flujo del tiempo.
Pero Shek reconoció al principio de su carrera la idea de desarrollar un estilo de pintura transferible que no es fijo, ni depende solo de un tema. Sus temas compartirían el mismo atractivo familiar - credibilidad - pintado con la misma supervisión cuidadosa.
Si tal filosofía es ambiciosa en términos de su enfoque multifacético de su arte, no es un cambio radical de sus exitosas bailarinas. En su lugar, cumple un papel igualmente importante en la definición de su objetivo de pintura. Tal vez, en lugar de bailarines sensuales, el lienzo podría concentrarse en la cristalería o tentadores dulces sabrosos. Tal vez, en lugar de los patrones complejos formados por miembros, tutus y zapatos, los objetos se comparan de forma simplificada. Shek cree que incluso los artículos cotidianos pintados pueden ser alegres y atractivos para todas las edades.
Fuentes:
Nota: La propiedad intelectual de las imágenes que aparecen en este blog corresponde a sus autores y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo de este sitio es divulgar el conocimiento de estos pintores, a los que admiro, y que otras personas disfruten contemplando sus obras.
































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