Mariano Fortuny y Marsal,
nació el 11 de junio de 1838, en Reus, Tarragona. Está considerado junto a
Eduardo Rosales, uno de los más notables pintores del siglo XIX tras Francisco
de Goya.
Hijo de un carpintero, quedó
huérfano cuando era muy pequeño, siendo tutelado por su abuelo paterno, que era
escultor.
Realizó sus primeros
estudios en la Escuela de Dibujo de Reus, hasta 1852 cuando se trasladó con su
abuelo a Barcelona, donde ingresó, gracias a una beca, en la Escuela de la Llotja,
en la que tuvo como maestro a Claudio Lorenzale, que le influyó en el estilo de
sus obras más tempranas. Destacó muy pronto entre sus compañeros de generación
por sus excepcionales cualidades artísticas.
Gracias a una pensión
concedida por la Diputación de Barcelona, Viajó a Roma en 1858, ciudad que
apareció ante sus ojos como, según sus palabras, «un vasto cementerio visitado
por extranjeros» y que sería decisiva para el resto de su vida y su carrera. En
la capital italiana realizó entonces una enorme cantidad de dibujos, y asistió
a la Accademia Chigi, donde contactó con la colonia de artistas españoles que
vivían en Roma, y con quienes frecuentaba el Café Greco.
En 1860 la Diputación de
Barcelona le envió a Marruecos como cronista gráfico de la guerra de África,
fue todo un impacto para Fortuny que quedó cautivado por el mundo árabe que
sería fuente de inspiración artística en su pintura posterior. A su regreso a
España residió durante una temporada en Madrid copiando obras de los grandes
maestros del Museo del Prado.
Volvió a Roma, pasando
previamente por París con el fin de estudiar las pinturas de batallas de Horace
Vernet, con el objetivo de cumplimentar el encargo de la Diputación de
Barcelona de pintar una obra sobre la batalla de Tetuán.
En 1862 hizo un nuevo viaje
a Marruecos, estudió el idioma y vistió indumentaria árabe para hacerse pasar
por nativo. Durante ese tiempo pintó algunas de sus obras más conocidas, como
la «Odalisca» y la acuarela «Il Contino».
A su vuelta, establecido en
su nuevo taller romano de Via Flaminia, Fortuny gozaba ya de un enorme
prestigio internacional gracias a su extraordinaria maestría y la calidad y el
virtuosismo excepcional, que mostraba en sus cuadros y que le hicieron sobresalir
en el panorama de la pintura europea de la época.
En 1867 contrajo matrimonio
con Cecilia Madrazo, hija del gran Federico de Madrazo, tras lo que entró en
contacto con su cuñado Raimundo de Madrazo, llegando a ser grandes amigos,
llegando a pintar algunos cuadros juntos.
Murió en Roma el 21 de
noviembre de 1874 a causa de las complicaciones de una malaria que había
contraido en Portici.
Su muerte y su entierro, fue
uno de los acontecimientos más sentidos de la Roma de aquel momento, siendo
expuesto su cadáver en la iglesia de Santa Maria del Popolo. Su corazón fue
trasladado a Reus, siendo enterrado en
la Prioral de Sant Pere.
Fuentes:
Nota: La propiedad intelectual de las imágenes que aparecen en este blog
corresponde a sus autores y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo
de este sitio es divulgar el conocimiento de estos pintores, a los que admiro,
y que otras personas disfruten contemplando sus obras.
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