Aquí os traigo otro de los
pintores que me gustan. En este caso se trata de un paisano: Eduardo Urculo,
vasco de nacimiento y asturiano de adopción. He podido ver algún cuadro suyo,
en las exposiciones que realiza en Salamanca la
Obra Social de Caja Duero, y me he quedado
extasiado; nada que ver con las reproducciones que nos ofrecen los libros o
Internet. En el cuadro “La española” se puede observar la textura del tejido de
arpillera sobre la que está pintado el cuadro y cómo se aprovecha el color
natural del soporte para el espacio intermedio entre la figura femenina y las
montañas del fondo, o como color del cielo.
Nace en 1938 en Santurce (Vizcaya), justo al lado de mi pueblo,
Portugalete. Cuando tenía dos años su familia se traslada a Asturias. A los 14
años deja los estudios de bachillerato y se pone a trabajar en la empresa
minera donde su padre era administrativo.
Este artista es uno de los representantes más importantes del arte
pop en España. Realizó trabajos de diseño gráfico, ilustrados y escenógrafo.
Pasa un año recluido en la cama a causa de una enfermedad del
pulmón y de hepatitis, periodo en el que entra en contacto con la pintura como
forma de matar el tiempo. Su aprendizaje de las técnicas pictóricas es autodidacta.
Cuando se recupera de estas enfermedades y vuelve a su trabajo de topografía,
sigue pintando en sus ratos libres.
A partir de este momento cultivará la pintura, el grabado y la
escultura. Eduardo Urculo ha elevado a la categoría de iconos sus desnudos,
maletas, temas de viaje y sombreros. Realiza dibujo de cómics para el diario “La Nueva España ” de
Oviedo.
Su trayectoria artística pasa por diversos estilos: expresionismo
negro, pintura pop y neocubismo.
Su primera exposición la realiza en el Hogar del Productor de La Felguera (Langreo), en
1957. Recibe una beca del Ayuntamiento de Langreo para estudiar pintura en el
Círculo de Bellas Artes de Madrid. Al año siguiente se traslada a París y se
matricula en la Academia
de la Grande
Chaumière de Montparnasse. En 1959 expone en el Salon
National de Beaux Arts y en algunas importantes galerías de arte de París.
A partir de este momento empieza a ser conocido y realiza numerosas
exposiciones individuales, colectivas y bienales en España, Alemania, Francia,
Cuba, Irán, Estados Unidos, etc. En 1993 el Centro de Arte Moderno Ciudad de
Oviedo (CAMCO) organizó una muestra retrospectiva de su obra.
El 31 de marzo de 2003 fallece en Madrid, a los 65 años, dejando
sin realizar los planes de exponer en la galería Salander O’Reilly de New York
y sin poder recibir la Medalla
de Oro de las Bellas Artes que la Casa Real
tenía previsto entregarle.