La pintura estuvo presente
en la vida de Rene Zwaga (1958)
desde que nació. Su padre era pintor de brocha gorda y quizá eso le permitió
ver a una edad temprana, la gran variedad de tonalidades que puede llegar a
percibir el ojo humano. En sus pinturas utiliza unos colores muy
característicos que crean un contraste de colores y luz que provocan bienestar
cuando uno las contempla detenidamente. Las combinaciones de sus colores son
coherentes, el artista crea todo un conjunto de tonos que parecen emanar de la
misma fuente o arché cromático. Muchos de sus cuadros estar marcados por esos
colores cobrizos y otoñales, que junto con la luz, no dejan de sorprendernos
por su vivacidad. Conforme su obra avanza las figuras cambian, busca nuevas
configuraciones, nuevos modelos y eso se refleja en su pintura, que se vuelve
más nítida, dejando ver los cuerpos y la propia tonalidad humana. Entre sus
contenidos hay disparidad, encontramos sensaciones relacionadas con la plenitud
personal pero también erotismo y deseo. Todo ello fluye en medio de un panorama
fantasioso a medio camino entre el surrealismo y el realismo mágico.
Fuentes:
Nota: La propiedad intelectual de las imágenes que aparecen en este blog
corresponde a sus autores y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo
de este sitio es divulgar el conocimiento de estos pintores, a los que admiro,
y que otras personas disfruten contemplando sus obras.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Puedes añadir aquí tu comentario