Joaquín
Alberto Vargas Chávez, nació en Arequipa, Perú, el 9 de febrero de 1896, primer
hijo de seis de Max Vargas, un notable fotógrafo de retratos y paisajes, muy
conocido en todo el Perú y en Europa.
En
el laboratorio de su padre, Vargas aprendió las técnicas de la fotografía y en
especial a utilizar el aerógrafo, que no era el instrumento delicado de la
actualidad, sino un tosco dispositivo que por el método de aspersión se
utilizaba para retocar y colorear los negativos y las fotografías. En
sus manos, Alberto lo convirtió en un sofisticado arte que hacía maravillas en
las fotos de los clientes de su padre. Pero la pasión de Alberto no era
precisamente la fotografía, sino la pintura y el dibujo que despertaba en él,
ideas que plasmaba en el papel con una sutileza muy pocas veces vista.
En
1911 cuando Alberto era un adolescente viajó a Suiza en compañía de su padre y
su hermano Max, para completar sus estudios y luego ingresar a las mejores
escuelas de fotografía en Ginebra y Londres. Pasó cinco años estudiando en las
mejores escuelas de Suiza. Aprendió alemán y francés y comenzó a trabajar
como practicante en un estudio de fotografía en Ginebra. Pronto estalló
la guerra y en 1916 recibió un telegrama de su padre dándole instrucciones para
regresar a su país vía Nueva York.
Alberto
llegó a Nueva York en octubre de 1916. Pasó los primeros días paseando
por las calles y avenidas de esa gran metrópoli. Tomó la decisión de
quedarse en Nueva York y le dijo a su padre que no regresaría a Arequipa.
Su padre aceptó la decisión del muchacho pero le advirtió que no recibiría más
ayuda económica de su parte y por tanto, desde ese momento, se las debía
arreglar sólo. Alberto tenía que buscarse un medio de vida.
Para
quien conoce las obras de Vargas siempre piensa en las chicas pin-up, las
“Chicas Vargas” publicadas en las revistas Esquire y Playboy, sin embargo, sus
primeras obras con Anna Mae y otras chicas de la farándula neoyorquina, denotan
un talento superior o igual a los de Ingres, Degas y Toulouse-Lautrec.
Vargas trabajaba sus originales en óleo, pastel o tinta. Su preferencia
era la acuarela y ninguna de las reproducciones que se ven en la actualidad
hace justicia al arte perfecto del artista con las tonalidades y la plástica
que esas obras poseen. Los retratos de 1920 de Lila Lee, también
conocidos como "Canario Amarillo" y los de Caja Eric, una de las
chicas de Ziegfeld, revelan esa facilidad que Alberto tenía para animar la
figura femenina, con sombras al estilo de Rembrandt y Vermeer.
En los inicios de su
carrera, trabajó como artista para las revistas musicales Ziegfeld
Follies y para diversos estudios de Hollywood. Adquirió fama en
los años 1940 al crear las imágenes estilo pin-up para
la revista Esquire. Estas pinturas, también conocidas como Varga
Girls ('Chicas Varga'), fueron adaptadas para adornar el fuselaje de
muchos aviones de la Segunda Guerra Mundial.
Fuentes:
Nota: La propiedad intelectual de las imágenes que aparecen en este blog
corresponde a sus autores y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo
de este sitio es divulgar el conocimiento de estos pintores, a los que admiro,
y que otras personas disfruten contemplando sus obras.
Lo felicito por su articulo el Sr. Vargas calo hondo en la generacion de los cuatenta hasta que murio.
ResponderBorrarFelicitaciones Sr. Esposito.