Albert Joseph Moore (4 de
septiembre de 1841-25 de septiembre de 1893) fue un pintor inglés, conocido por
sus retratos de lánguidas figuras femeninas pintadas en el ambiente de lujo y
decadencia de la civilización clásica.
Moore nació en York en 1841.
Fue el menor de los catorce hijos del artista William Moore de York quien, en
la primera mitad del siglo XIX, disfrutó de una considerable reputación en el
norte de Inglaterra como pintor de retratos y paisajes.
Desde su niñez Albert
demostró un extraordinario amor por el arte y, alentado por su padre y
hermanos, dos de los cuales se convirtieron después en famosos artistas —John
Collingham Moore y Henry Moore— pudo empezar a ejercer la profesión con una
precocidad poco habitual.
Sus primeras obras exhibidas
fueron dos dibujos que envió a la Royal Academy en 1857. Un año más tarde
comenzó sus estudios en la escuela de la Royal Academy, pero tras sólo unos
meses de trabajar en ella decidió que sacaría más provecho haciéndolo de forma
independiente. Aunque realizó y exhibió muchos cuadros y dibujos durante el
periodo comprendido entre 1858 a 1870, dedicó gran parte de su tiempo a
trabajos decorativos de diversos tipos y pintó, en 1863, una serie de
decoraciones murales en Coombe Abbey, la casa del conde de Craven, unas
elaboradas composiciones entre 1865 y 1866: The Last Supper (La última cena) y
The Feeding of the Five Thousand (El alimento de los cinco mil) en las paredes
del presbiterio de la iglesia de St Alban's, Rochdale; y en 1868 A Greek Play
(Una obra griega), un importante panel en témpera para el proscenio del teatro
de la Reina en la calle Long Acre.
Su primer gran lienzo,
Elijah's Sacrifice (el sacrificio de Elija), fue terminado durante su estancia
de cinco meses en Roma a comienzos de 1863, y se exhibió en la Academy en 1865.
Un cuadro aún mayor, The Shunamite relating the Glories of King Solomon to her
Maidens (La sunamita contando las glorias del rey Salomón a sus doncellas) fue
exhibido en 1866 y con él dos obras más pequeñas, Apricots (Albaricoques) y
Pomegranates (Granadas). En éstas, Moore impuso llanamente la particular
técnica pictórica que imperaría en el resto de su obra y se situó por primera
vez entre los pintores británicos más originales.
Moore murió en 1893 en su
estudio de la calle Spenser, Westminster.
Varios de sus cuadros se
encuentran en colecciones públicas; entre las principales Blossoms, en la
National Gallery of British Art; A Summer Night, en la Liverpool Corporation
Gallery; Dreamers, en la Birmingham Corporation Gallery y una acuarela, The
Open Book, en el Victoria and Albert Museum, South Kensington.
En todos sus cuadros, salvo
dos o tres realizados en los últimos años de su infancia, se ocupó
exclusivamente en arreglos decorativos de líneas y masas de color. El espíritu
de su arte es esencialmente clásico, y sus obras muestran llanamente la
profunda influencia ejercida por el estudio de las esculturas antiguas. Pero no
fue en ningún sentido un pintor arqueológico, ni pretendió la recreación de la
vida de siglos anteriores. Artísticamente vivió en un mundo creado por él
mismo, un lugar poblado de robustas especies humanas de patrón griego, alegres
ropajes de brillantes colores y flores de fulgurantes matices. Como artista fue
cuidadoso y certero; dibujaba con precisión y su sentido del color era notable
por su exquisitez y sutileza. Pocos le han igualado como pintor de ropajes y
aún menos se han acercado a su habilidad en la aplicación de los principios
decorativos al arte pictórico.
Fuentes:
Nota: La propiedad intelectual de las imágenes que aparecen en este blog
corresponde a sus autores y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo
de este sitio es divulgar el conocimiento de estos pintores, a los que admiro,
y que otras personas disfruten contemplando sus obras.
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