lunes, 26 de agosto de 2019

Chaim Soutine (1893 - 1943)


Shaím Solomónovich Sutin nació en Smilovich, Lituania, el 13 de enero de 1893. Pintor expresionista perteneciente a la llamada Escuela de París, tuvo que luchar contra la oposición paterna para dedicarse al arte debido a las creencias religiosas de su familia, era ortodoxa rusa y esta religión prohibía plasmar imágenes humanas. En 1909 marchó a Minks para iniciar su formación artística.
En 1910 ingresó en la Escuela de Bellas Artes de Virna, en la que finalizó  sus estudios oficiales en 1913. A continuación viajó a París junto a dos paisanos, instalándose en el barrio de Montparnasse.
A pesar de la precariedad económica que padeció, logró continuar su formación en la Escuela de Bellas Artes de París, en la que tuvo como maestro al realista y academicista Fernand Cormon. Durante esta etapa conoció a Amedeo Modigliani, con el que hizo una gran amistad y para el qué posó como modelo en tres ocasiones, uno de estos retratos se vendió en una subasta en 1977 por trece millones de dólares.
Vendió una importante cantidad de cuadros a un coleccionista, lo que le permitió vivir con holgura a partir de entonces.
Expuso por primera vez en la galería de Henri Bing, lo que le supuso entrar de lleno en el mercado artístico. Al desencadenarse la Segunda Guerra Mundial, y ser invadida Francia por los nazis, dada su procedencia judía,  tuvo que huir de París, refugiándose en un pequeño pueblo cerca de Tours,  dormía al aire libre, refugiado en el bosque, lejos de zonas urbanas por temor a la Gestapo, donde sus temores a ser delatado agravaron una ulcera digestiva que padecía. Sufrió una perforación gástrica y  le sobrevino una hemorragia que le obligó a dejar su refugio y viajar a París. Fue intervenido quirúrgicamente de urgencias, operación a la que no sobrevivió, murió en la mesa de operaciones, el 9 de agosto de 1943.
La obra de Soutine estuvo poderosamente influenciada por Rembrandt, Domenico Teotocopulos «El Greco», Vincent Van Gogh y Paul Cézanne. Siempre necesitó de un modelo para poder pintar, nunca pudo hacerlo sí no tenía delante el tema de su cuadro.
Al parecer pintaba de modo frenético, como poseído por un ataque, precipitaba más que aplicaba, los colores sobre la tela.
Se pasaba horas buscando por las carnicerías la pieza que quería pintar, hasta que encontraba la que tenía la tonalidad y el aspecto que él quería plasmar.
Se cuenta que en una ocasión compró un buey entero, muerto por supuesto, lo estuvo pintando hasta que el olor que desprendía la carne putrefacta, comenzó a llegarle a los vecinos que alertaron a las autoridades.
Fuentes:
Nota: La propiedad intelectual de las imágenes que aparecen en este blog corresponde a sus autores y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo de este sitio es divulgar el conocimiento de estos pintores, a los que admiro, y que otras personas disfruten contemplando sus obras.









































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