Nacido en 1980 en
Guadalajara, Jalisco, Ricardo Solís es un profeta del mundo onírico. Pintor
inquieto, ingenioso y alegre que juega con el concepto de la creación, su reino
han sido los lienzos, las pinturas, los pinceles.
Donde nuestros ojos ven
aves, elefantes, jirafas o leones, Ricardo transforma la imagen en un dialogo
donde la naturaleza se funde con la mano del hombre, para así evidenciar la
existencia de un Diseñador inteligente que plasma su esencia a través de los colores,
la textura, las formas perfectas de todo lo ya existente. En México, su obra se
dio a conocer gracias a una pieza donde un flamenco está a punto de ser
capturado en una jaula, demasiado pequeña para él, por unos diminutos hombres.
Sin embargo, el arte se presentó durante su infancia por medio de un efímero
taller de pintura. Lo breve se convertiría en eterno cuando, como adolescente
Ricardo aprendería pintura por medio de la voz de Cándido Gallo y José Barbosa
y, a partir de ese momento, nadie detendría el paso de los colores
transformados en animales, ni al pincel que detalla a sus diminutos humanos que
transfiguran la realidad, a la obra culminada con un mensaje claro: «Nada es
una casualidad».
La belleza de las pinceladas
de Ricardo, la luz reflejada del alma de sus pinturas y la perfección de las
formas evoca el tiempo de nuestra infancia, un viento cálido, un infinito lleno
de matices. Ahora, las obras de este artista son puro misticismo infantil. Un
juego ganado, una historia inacabada, una explosión de creación. Schiller decía
que las casualidades no existen y que el azar es producto de una fuente
profunda.
No es el destino el que hace
que Ricardo sea extraordinario, es su visión del universo. La manera en que, a
través de la pintura, dibuja Su ideología acerca de un Dios Creador que diseñó
todo lo que nos rodea con un propósito. Y el resultado final es la belleza de
un proyecto, el misterio de lo presente, la perfección de hacer eterno el
tiempo.
Cuando Ricardo Solís
contempla, algo en su mente detona: una lluvia de ideas en una libreta, un
boceto en una hoja, el rediseño de la naturaleza, la creación de un nuevo
equilibrio, el desarrollo de un dibujo en el lienzo, el juego de colores,
máquinas que participan en construcción de lo bello, la imaginación desbordada,
la ilustración transformada en realidad, el surrealismo irrumpiendo al
consciente para ser arte.
Si la naturaleza es el arte
de Dios, tal como lo afirmaba Dante Alighieri, Ricardo Solís está hecho de
viento. Uno que arrasa los terrenos de lo conocido, que construye paradojas.
Es la confirmación de que en
los pequeños detalles está la grandeza, la alquimia perfecta de colores. La
obra de Ricardo Solís, en resumen, es la imagen que edifica e irrumpe los
limites de nuestra imaginación. – Carolina Cázares
Fuentes:
https://www.instagram.com/ricardosolisart/?hl=es
https://www.facebook.com/profile.php?id=100047124619191
https://elhurgador.blogspot.com/2016/07/ricardo-solis-pintura.html
Nota: La propiedad intelectual de las imágenes que aparecen en este blog corresponde a sus autores y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo de este sitio es divulgar el conocimiento de estos pintores, a los que admiro, y que otras personas disfruten contemplando sus obras.
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