Nació en en Ginebra, Suiza,
el 25 febrero 1872. Inició su formación en la Escuela de Bellas Artes de su
ciudad natal, asistiendo a cursos realizados sólo para mujeres. En este tiempo
en la Escuela, tuvo como maestros a Hugues Bovy y Denise Sarkiss. Posteriormente
residió un tiempo en Munich, para trasladarse a París en 1904.
En la capital francesa entró
en contacto y estableció amistad con un grupo de pintores, entre los que se
encontraban: Juan Gris, Francis Picabia, Albert Gleizes , Jean Metzinger,
Fernand Léger, Sonia Lewitska y Marie Laurencin. Este grupo de pintores
influyeron de forma importante en sus obras y en su vida posterior.
Comenzó exhibiendo sus
grabados sobre madera y a interesarse por el fauvismo, atraída por el uso audaz
del color y la poco realista configuración del espacio. En 1908 mostró en el
Salón de Otoño algunas de sus obras junto a otros fauves. En 1912 fue elegida
como representante de los artistas de su país, en una muestra itinerante de
pintores europeos que se inició en Rusia y pasó entre otros países por
Inglaterra y España.
Al iniciarse la Primera
Guerra Mundial, regresó a Suiza, donde comenzó a realizar su personalísimas
obras conocidas como “pinturas de lana”, en las variaciones del cubismo que
llevó a cabo la pintora. Estas pinturas estaban realizadas con hebras cortas de
hilos o lana de colores que semejan las pinceladas. Con esta técnica realizó
alrededor de cincuenta obras, entre 1913 y 1922.
Durante el tiempo que duró
la guerra, surgió en Suiza el movimiento Dadá, en el que Bailly participó un
breve periodo de tiempo. El grupo tenía como objetivo provocar la reacción
violenta del espectador, lejos de buscar su complacencia. Algunos expertos en
arte opinan que los dadaistas fueron vitales para el desarrollo del arte
moderno.
Tras la guerra volvió a
París, comenzando a participar en el Salón de Independientes, que había
celebrado su primera exposición en 1884, y que estaba abierto a todo los
artistas que no cumplían los requisitos que no cumplían las normas tradicionales
de estilo artístico en el momento exigidas por la Exposición Nacional, el Salón
de París. Bailly expuso en el citado Salón con regularidad.
Su obra más conocida, y de
las más notables, es un autorretrato de 1927, en el que con un enfoque
absolutamente vanguardista, abarcó varios estilos: la mayor parte del
planeamiento del retrato está ejecutado con un estilo tradicional, mientras que
los tonos rojos naranjas y azules, son clara influencia fauve, y las manos, de
líneas arqueadas, nos trasladan al futurismo italiano.
En 1923 volvió a Lausana,
donde residió el resto de su vida.
En 1936, el Teatro de
Lausana le encargó decorar su vestíbulo con ocho murales, tarea que requirió
para la artista un gran esfuerzo que agotó y debilitó su salud, y la llevó a
contraer una tuberculosis que le produjo la muerte.
Murió en Lausana, el 1 enero
de 1938.
En su testamento estableció
un fondo fiduciario para ayudar a jóvenes artistas suizos con el dinero
obtenido por la venta de sus cuadros.
Considerada como una artista
de planteamientos radicales, es especialmente conocida por su particular visión
tanto del cubismo como del fauvismo, sus cuadros de lana y sus aportaciones al
dadaismo.
Practicó todo tipo de
temáticas, siendo especialmente notables sus retratos, sus paisajes, tanto
urbanos como campestres, las naturalezas muertas y sus escenas con figuras.
Fuentes:
Nota: La propiedad intelectual de las imágenes que aparecen en este blog
corresponde a sus autores y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo
de este sitio es divulgar el conocimiento de estos pintores, a los que admiro,
y que otras personas disfruten contemplando sus obras.
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