Michel Savattier es un
pintor contemporáneo que no pinta para ser visto. Se mueve libremente en su
arte.
Liberado de las
preocupaciones que abarrotan la mente, fuera de todo intelectualismo, respira y
pinta en el lugar donde vibra la luz primordial que mana del pozo del ser.
Todas sus creaciones
protagonizan vidrieras, desembocando en zonas donde, en apariencia de lavados,
capas de ámbar o azul, abrasiones de jade o jaspe, tiza triturada, estasis
negras y carmín, de las coladas de lava, emergen las figuras.
Mejor dicho, vi y sentí
almas observando mi mirada en sus cuadros. Y digo que allí las figuras se liberan,
porque distinguí algunas que ya no pertenecen al contorno familiar de una
imagen corporal, sino que se extienden como una sutil espiga entre los
elementos de un orden donde vibra el silencio.
Ninguna promesa en esta
pintura parietal que siento por mi parte está más allá de una pura percepción
cortical del espacio.
Sin salida. Sin discursos.
Sino un inventario de la condición del ser que ha acabado con toda retórica, y
sólo quiere ser.
Su pintura es el medio que
toca la vislumbre de un infinito que llama, aspira al ser a su perfume.
Incluso en sus retratos, la
pintura de Michel Savattier da testimonio de esta aspiración o abandono. El
vacío es otro cuerpo; exilio, un nacimiento.
No hay espesores, sino
verticalidades, soplos de color que se mezclan, velando el vacío; paisajes de
luz que medita su cuadro de las mil ventanas.
Se pinta una plenitud del
ser, y es ante nuestros ojos que sus perspectivas se desvanecen y entran en el
vacío sin necesidad de tener que realizarse allí.
Este artista no llega ni
temprano ni tarde. Está así, en una renuncia que le permite reconocerse y
comprenderse. Y escucharse equivale a penetrar en una música que se une a los
colores de las miradas y de los encuentros que transporta.
Porque aquí el Between actúa
en una soledad anticuada. El pintor se abre y se abre gracias a una comunión
cromática y sensual entre la piel y los pigmentos minerales utilizados.
Siluetas, pero también
fallas, remolinos, andamios o cruces de texturas dan a la profundidad de sus
cielos interiores una resonancia perfecta.
Así es como, en el cuadro de
Michel Savattier, se canta la búsqueda del pasaje donde sentimos que sólo
existe el amor antes que el color y el gesto.
Artículo publicado en el
número 21 de la Revista FPM de Ediciones TARMAC
Fuentes:
https://www.instagram.com/michel_savattier/
https://www.facebook.com/profile.php?id=100057272001711
https://nicolemuseum.fr/michel-savattier/
https://lithoral.fr/2019/01/michel-savattier-une-psalmodie-du-passage/
Nota: La propiedad intelectual de las imágenes que aparecen en este blog corresponde a sus autores y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo de este sitio es divulgar el conocimiento de estos pintores, a los que admiro, y que otras personas disfruten contemplando sus obras.
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