Patricia Nasjleti es una
artista plástica argentina nacida en Buenos Aires en 1952. En 1965 se trasladó
a la ciudad de Córdoba e ingresó en la Escuela de Artes de la Universidad
Nacional en 1970. Abandonó pronto los estudios por razones familiares, pero
retomó la plástica como medio de expresión en 1985. Desde entonces ha ido
elaborando de manera autodidacta el estilo hiperrealista que caracteriza su
obra.
A partir de 2003 perfecciona
su dominio del color y la textura, adquiriendo maestría en el manejo de la luz
y la composición en el taller del profesor Claudio Bogino. El resultado de la
indagación en los objetos inertes es un rescate mágico de su vitalidad oculta.
Las naturalezas muertas de
Patricia Nasjleti están llenas de vida. Sus cuidadas disposiciones de objetos,
muñecos y marionetas son elaborados paisajes descriptivos que nos involucran
emocional y afectivamente. Los fondos neutros resaltan la arquitectura de esas
composiciones de antigüedades y personajes que, inevitablemente, resultan entrañables.
«No recuerdo el momento en
que permití que el arte tutelara mi existencia - dice 'La Negra' - sólo sé que
para explicar el fenómeno a veces me faltan las palabras y en otras ocasiones
huelgan.
Presumo, al cabo de ciertos
años, que la razón se queda corta y que mi consciencia a la cual tantas buenas
decisiones le debo, no tiene capacidad más que para elaborar el hacer. Pero
cuando me enfrento a una dimensión interna - que hoy puedo quizá calificar del
inconsciente - las intuiciones abundan; y basta, pacientemente, para
seleccionar las que me gustan y proyectarlas en un proceso creativo. Eso, la
creatividad es superlativa. Trasciende largamente el mero hacer. También excede
la catarsis. Porque la acción liberadora del arte se proyecta allende el creador,
asimismo de manera inconsciente, hacia quienes nos rodean, al espectador, y a
la gente participante del placer estético.
Si se quiere, el arte posee
una fuerza verdaderamente salvadora. ¿No ven? Con palabras no acierto
cabalmente para describir lo que sucede».
Patricia hace gala de una
refinada técnica, dedicando mucho tiempo a elaborar la estética de sus cuadros.
El trazo constituye un punto de partida para desentrañar laboriosamente un
sueño sutil, una fantasía, un misterio si se quiere, a partir de la materialidad
múltiple y del caos carente de sentido. Patricia ve, donde nosotros no habíamos
visto. Vemos, cuando lo bello se nos descubre a partir de una mirada interior.
Y como en toda mirada especular, que se nos devuelve a través del sílice y el
azogue, terminamos por no acertar si lo visto somos nosotros, o alguien nos
está mirando.
Fuentes:
Nota: La propiedad intelectual de las imágenes que aparecen en este blog
corresponde a sus autores y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo
de este sitio es divulgar el conocimiento de estos pintores, a los que admiro,
y que otras personas disfruten contemplando sus obras.
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