viernes, 7 de abril de 2017

Balthus (1908 - 2001)


Balthasar Kłossowski de Rola (Balthus) nació en París, el 29 de febrero de 1908. Perteneció a una de las familias de la élite cultural parisina, de asecendencia polaco-francesa; su padre era Erich Klossowski, destacado historiador de arte, y su madre Elisabeth Dorothea Spiro, conocida como Baladine Klossowska.
En 1967 la Tate Gallery de Londres organizó una exposición de Balthus y pidió al artista que esbozara los datos biográficos que deseara incluir en el catálogo. A lo que él respondió: "La mejor manera de comenzar es decir: Balthus es un pintor del cual no se sabe nada. Y, ahora, contemplemos sus obras". Al seguir el consejo de Balthus y contemplar sus obras nos damos cuenta de que todo lo que habría que saber está en ellas. Las pinturas de Balthus respiran plácidas. Algo que no sucederá nunca está a la espera, retraído en el mundo, aparte del silencio y la soledad.
A lo largo de su carrera, Balthus rechazó las convenciones habituales del mundo del arte. El gran talento de Balthus como pintor era hacer parecer un cuerpo simultáneamente etereo y sólido, un truco que aprendió del pintor renacentista Piero della Francesca, de sus vírgenes columnares y sus ángeles.
Algo importante que comentar sobre Balthus. La historia del niño y el gato, Mitsou, que contiene su libro de dibujos, no será más que la antesala a la creación de un símbolo que persistirá a lo largo de toda su vida. El gato es el alter ego de Balthus, su doble inconfesado. Es el elemento simbólico que lo suspenderá eternamente en el tiempo de la infancia.
Mitsou, anuncia el mundo infantil al que Balthus no renunciará nunca, a la vez que funciona como arquetipo que representa el animal que habita en nuestra naturaleza. El gato es una criatura sensual, escurridiza, furtiva, que puede domesticarse, pero su condición salvaje y depredadora, no cesará nunca. La paciencia de los gatos guarda una relación con el tiempo, están a la espera, al acecho de la hora inmóvil. Tanto los gatos como los otros personajes que aparecen en las obras de Balthus, son presencias fantasmales. Baudelaire ve la hora en los ojos de los gatos: "En el fondo de sus ojos adorables veo siempre la hora claramente, siempre la misma, una hora ancha, solemne, grande como el espacio, sin divisiones de minutos ni de segundos: una hora inmóvil que no marcan los relojes”.
Fuentes:
Nota: La propiedad intelectual de las imágenes que aparecen en este blog corresponde a sus autores y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo de este sitio es divulgar el conocimiento de estos pintores, a los que admiro, y que otras personas disfruten contemplando sus obras.


















































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