sábado, 1 de abril de 2017

Joaquín Torres García (1874 – 1949)


Nació en Montevideo el 28 de julio de 1874, hijo de un catalán y de una uruguaya. Desde sus primeros años mostró afición por las artes plásticas y por el trabajo en madera. Su familia dejó Uruguay en 1891 radicándose en Cataluña, de donde Joaquín retornará cuarenta y tres años después.
En Barcelona asiste a los cursos de la Academia Baixas y de la Escuela Oficial de Bellas Artes, y comienza a realizar algunos trabajos como ilustrador para revistas. Conoce a Picasso, colabora con Gaudí en la basílica de la Sagrada Familia y en la reforma de la Catedral de Palma de Mallorca. En Bruselas, en 1910, decora el pabellón uruguayo de la Exposición Universal, y en 1913 realiza la decoración de un salón de la Diputación Provincial de Barcelona. 
Se dedica a la enseñanza, escribe, se interesa en la fabricación de juguetes de madera exponiéndolos por primera vez en 1918. Posteriormente, radicado en Nueva York, continúa la fabricación de juguetes que realiza por encargo. En 1926 se instala en París después de exponer sus obras en la galería Fabre. En 1928 conoce a Theo Van Doesburg quien lo pone en contacto con el neoplasticismo, lo que le permitirá más tarde relacionarse con Mondrian, lo que será decisivo en su pintura, ya que si bien el uso de la octogonalidad puede verse en su obra desde 1917, es a partir de estas relaciones de París cuando Torres García asume otro rigor que le hará desembocar en su teoría constructiva. 
Después de una estancia en Madrid, donde también expone y forma un grupo de Arte Constructivo, regresa al Uruguay con su familia por razones económicas. A su llegada, el 30 de abril de 1934, dijo a la prensa que había retornado a Uruguay para "desarrollar un amplio abanico de actividades"; leer, dictar cursos, para alcanzar en las paredes lo que había logrado en los lienzos y crear en Montevideo un movimiento que superara el arte de París.
Torres afianza composiciones que luego serán distintivas: una estructura geométrica, de celdas construidas siguiendo los principios de la proporción clásica; dentro de ellas se insertan signos de aspecto esquemático combinados con números y grafismos. Se trata de elementos que provienen del acervo filosófico universal y del suyo propio en los que se identifican símbolos alquímicos, masones, de la antigüedad clásica, del cristianismo primitivo, de culturas precolombinas, de la modernidad técnica o simples utensilios de la vida cotidiana, tomados como formas para determinadas soluciones plásticas.
Realiza en Montevideo una labor docente de gran valor formativo. Funda en 1935 la Asociación de Arte Constructivo organizando además numerosas exposiciones, dicta 600 conferencias, difundiendo incansablemente su ideal de constructivismo universal.
Algunos críticos lo han definido como un "buscador" que renuncia a los valores adquiridos y centra su objetivo en el abandono de lo imitativo para alcanzar lo creativo. Su pintura constructiva admite una lectura formal, plástica y semántica de índole espiritual. Cuadrados y rectángulos son organizados con una idea mística del orden con numerosos símbolos provenientes del patrimonio universal.
Muere en Montevideo el 8 de agosto de 1949.
Fuentes:
Nota: La propiedad intelectual de las imágenes que aparecen en este blog corresponde a sus autores y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo de este sitio es divulgar el conocimiento de estos pintores, a los que admiro, y que otras personas disfruten contemplando sus obras.



















































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