Jose Luis Carranza es un pintor peruano, nacido en
Lima en 1981.
"Mi pintura no se
construye como un proyecto, simplemente se origina como por generación
espontánea, es como la vieja idea de dejar un trapo húmedo y putrefacto en la
oscuridad para que de él nazcan serpientes, sapos, arañas y demás alimañas
hiperactivas (…) No escapo de la realidad, al contrario, voy paralelo a ella,
mi histeria se genera en ella y ella se genera en mi histeria".
"Siempre trabajo en
varias obras de manera simultánea, jamás las avanzo una a una. Es una necesidad
imperiosa el estar siempre rodeado de imágenes, de ojos, de mandíbulas; detesto
el vacío y de hecho, un taller en blanco solo me causa horror"
"La anatomía, por
ejemplo, es una constante en mi trabajo y en mi modo de vida. Siempre estuve
rodeado de libros de medicina y anatomía, huesos, escalpelos y demás cosas (en
parte por mi padre y también por propia afición). Me interesa el valor visual
de la disección de un cuerpo; el funcionamiento de todo este aparato posee para
mí una hermosura inigualable; los brillos de las vísceras y mucosidades o los
tonos rosados de ciertos órganos, la perfecta construcción de un cráneo, la
monumentalidad del tracto digestivo que extendido se parece a un calamar
gigante, los destellos de una boca abierta, los dientes (en esto coincido de
manera descarada con Francis Bacon), las venas y las arterias que magnificadas
parecen una perfecta obra abstracta. Todo eso es lo que veo." - José Luis Carranza
Sus cuadros evocan la
celeridad de la pincelada del pintor que estuvo allí mismo antes que nosotros,
cuando la tela estaba en blanco. Sus colores límpidos, flamantes – que me hacen
pensar en fuselajes – siempre parecen frescos y han sido aplicados con fruición
para cubrir la superficie virgen y con ello segregarles una piel a esos
personajes casi siempre jóvenes con los que el pintor se ensaña: Adolescentes
subyugados por una anomalía mental desconocida sintomatizada por esas pupilas
anegadas de asombro, parapetadas dentro de la cabeza; cada vez más extáticos
ante ese que se mueve delante mientras los escruta, más desnudos, en medio de
una corrupción psíquica también creciente. A Carranza no le bastó con irlos
despojando de la ropa y mutilarlos sino que ahora, además, los ha confinado al
“encierro” en medio de una naturaleza deseante y claustrofóbica, colmada de
plantas y animales en la que estos muchachos no tienen la menor oportunidad de
sobrevivir. Y por lo que la mayoría de cuadros manifiesta, van perdiendo la
postura erguida y ahora reptan o hacen el amago de volar. Pero es muy tarde: no
se retorna al origen impunemente.
Carranza es muy elocuente
respecto a lo que hace y en ello lo reconocemos generacionalmente: realizó sus
estudios durante una etapa en la que se creyó que el artista tenía que saber “sustentar”
su propuesta. El tiempo ha pasado y vemos que esa exigencia en verdad servía
para orientar el ojo de aquellos galeristas y seudocomisarios sin mucho
criterio, aquellos que necesitan “leer para creer”. Esto hizo – y hace – que
nos topemos con regimientos de supuestos artistas que son capaces de resolver
únicamente en palabras lo que deberían resolver mediante la forma. Carranza, en
todo caso, que podría permanecer inmutable ante su vociferante y polifónica
obra, sabe reseñar su propio mundo. Y está bien. Pero por suerte un artista no
sabe todo de sí mismo – nadie lo sabe – y ese espacio abierto nos mantiene en
la brega, digamos que habilitados, a quienes escribimos sobre arte. - Manuel
Munive Maco
Fuentes:
http://joseluiscarranza.blogspot.pt/
https://elhurgador.blogspot.com/2013/03/jose-luis-carranza-i-pintura.html
https://cosas.pe/cultura/67734/jose-luis-carranza-historia-natural/
Nota: La propiedad intelectual de las imágenes que aparecen en este blog corresponde a sus autores y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo de este sitio es divulgar el conocimiento de estos pintores, a los que admiro, y que otras personas disfruten contemplando sus obras.
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