"Yaldo ha regresado a
sus orígenes, a su vientre geográfico, a sus visiones telúricas, a la
Pachamama, al Apu, a la raíz ancestral de los colores del Perú.
Este artista, nacido en
Quiruvilca y criado en Julcán, lugares de la sierra de La Libertad, ha
producido una obra sincera, y para realizar estas pinturas ha recurrido a sus
vivencias en su tierra, a su infancia y a su contacto con la cosmogonía andina.
No hay disfuerzo alguno ni ornamentaciones para la mirada vacía, ya que hay un
trasfondo de profundas manifestaciones culturales que ha sobrevivido a lo largo
del tiempo gracias a memorias ancestrales traídas por la mano del arte.
Atrás quedaron sus
experimentaciones con la forma y el color en sus iniciales surrealismos y una
breve mirada al abstraccionismo; ahora, Yaldo deja de lado su onírica mirada
para sumergirse en lo más profundo de nuestros orígenes históricos, e incluso
llega más allá de lo que antaño se propuso como meta el indigenismo, pues Yaldo
se adentra en la cultura que nos hizo surgir como nación, como poderoso imperio
para ser más precisos.
El cóndor se cubre con el
manto geométrico y los colores del arco iris, los incas brindan con el inti
bebidas alucinógenas en base a brebajes preparados desde tiempos inmemoriales.
La selva aún virgen guarda
animales salvajes, cazadores indígenas con tocados de plumas conviven con
pumas, tucanes, camaleones multicolores. El sol agradecido por los ritos en su
nombre mantiene una gran comunión con los andes. Hay armonía entre los
habitantes de los mares y el cielo. Porque el hombre proviene de la tierra y va
hacia ella en su viaje final, el espacio celeste atestigua en sus alas el paso
del hombre en el mundo, en la vida, en la huella dejada en la tierra a la vista
del sol.
Yaldo no olvida plasmar -a
su modo- a los seres de nuestra historia junto a la fauna peruana, entonces se
asoman serpientes, aves, pumas y perros calatos, que representan a nuestra
riqueza animal.
El chasqui rompe el viento
acompañado por aves. Y el cielo es libre para quebrar barreras, y así llegar
hacia el destino llevando las buenas nuevas o el anuncio de lo incierto.
Yaldo también interpreta las
ceremonias celebradas por los incas junto a sus súbditos, nos recuerda que la
alegría no estaba ausente en las fiestas del inca, pues en la sierra aún se
sigue preservando el espíritu ancestral a pesar de los años, de los siglos
pasados hoy vueltos a la memoria de la sincera mano y el ojo testigo de Yaldo.
Casa Grande, marzo 16 de
2010
Walter Toscano"
Fuentes:
http://biografiasarte.blogspot.com/2015/03/yaldo-leiva-avalos.html
http://memoriadecybernauta.blogspot.com/2010/03/la-memoria-ancestral-en-la-pintura-de.html
Nota: La propiedad intelectual de las imágenes que aparecen en este blog corresponde a sus autores y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo de este sitio es divulgar el conocimiento de estos pintores, a los que admiro, y que otras personas disfruten contemplando sus obras.
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