Shaím Solomónovich Sutin
nació en Smilovich, Lituania, el 13 de enero de 1893. Pintor expresionista
perteneciente a la llamada Escuela de París, tuvo que luchar contra la
oposición paterna para dedicarse al arte debido a las creencias religiosas de
su familia, era ortodoxa rusa y esta religión prohibía plasmar imágenes
humanas. En 1909 marchó a Minks para iniciar su formación artística.
En 1910 ingresó en la
Escuela de Bellas Artes de Virna, en la que finalizó sus estudios oficiales en 1913. A
continuación viajó a París junto a dos paisanos, instalándose en el barrio de
Montparnasse.
A pesar de la precariedad
económica que padeció, logró continuar su formación en la Escuela de Bellas
Artes de París, en la que tuvo como maestro al realista y academicista Fernand
Cormon. Durante esta etapa conoció a Amedeo Modigliani, con el que hizo una
gran amistad y para el qué posó como modelo en tres ocasiones, uno de estos
retratos se vendió en una subasta en 1977 por trece millones de dólares.
Vendió una importante
cantidad de cuadros a un coleccionista, lo que le permitió vivir con holgura a
partir de entonces.
Expuso por primera vez en la
galería de Henri Bing, lo que le supuso entrar de lleno en el mercado
artístico. Al desencadenarse la Segunda Guerra Mundial, y ser invadida Francia
por los nazis, dada su procedencia judía,
tuvo que huir de París, refugiándose en un pequeño pueblo cerca de
Tours, dormía al aire libre, refugiado
en el bosque, lejos de zonas urbanas por temor a la Gestapo, donde sus temores
a ser delatado agravaron una ulcera digestiva que padecía. Sufrió una
perforación gástrica y le sobrevino una
hemorragia que le obligó a dejar su refugio y viajar a París. Fue intervenido
quirúrgicamente de urgencias, operación a la que no sobrevivió, murió en la
mesa de operaciones, el 9 de agosto de 1943.
La obra de Soutine estuvo
poderosamente influenciada por Rembrandt, Domenico Teotocopulos «El Greco»,
Vincent Van Gogh y Paul Cézanne. Siempre necesitó de un modelo para poder
pintar, nunca pudo hacerlo sí no tenía delante el tema de su cuadro.
Al parecer pintaba de modo
frenético, como poseído por un ataque, precipitaba más que aplicaba, los
colores sobre la tela.
Se pasaba horas buscando por
las carnicerías la pieza que quería pintar, hasta que encontraba la que tenía
la tonalidad y el aspecto que él quería plasmar.
Se cuenta que en una ocasión
compró un buey entero, muerto por supuesto, lo estuvo pintando hasta que el
olor que desprendía la carne putrefacta, comenzó a llegarle a los vecinos que
alertaron a las autoridades.
Fuentes:
Nota: La propiedad intelectual de las imágenes que aparecen en este blog
corresponde a sus autores y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo
de este sitio es divulgar el conocimiento de estos pintores, a los que admiro,
y que otras personas disfruten contemplando sus obras.
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