martes, 18 de febrero de 2020

Kathleen Kolb


Kathleen Kolb obtuvo un BFA en la Escuela de Diseño de Rhode Island y ha estado pintando en Vermont durante los últimos 23 años. Ha expuesto constantemente desde 1981 en Nueva Inglaterra, y desde 1996 en la ciudad de Nueva York. Su gran acuarela, "Bristol Sawmill" ganó un Premio Paton a la acuarela en la Academia Nacional de Nueva York en 1998. En 1999, una de sus pinturas fue incluida en el libro de John Driscoll, "El artista y el paisaje americano".
El trabajo de Kolb se define por las cualidades de la luz y su acción en el paisaje, y por su profundo apego a Vermont. Pinta en la tradición realista, tanto en acuarela como en óleo, y ocasionalmente también trabaja en carbón o pastel. Sus pinturas han sido utilizadas para varias cubiertas de libros y artículos de revistas.
"El tema principal en todo mi trabajo es la luz. Además de la luz, mi trabajo trata sobre el apego al lugar. Formalmente, me siento atraído por la geometría de la arquitectura tradicional de Nueva Inglaterra. Estos edificios nos unen a nuestro pasado humano en este paisaje. Emocionalmente se trata del hogar, nuestro propio lugar específico, donde estamos apegados. En el nivel más básico representan refugio, seguridad. Traen a la mente la familia, un lugar íntimo de conocer y ser conocido, pertenecer.
Mi objetivo es evocar un tiempo y un lugar en nuestro mundo compartido, y la experiencia emocional correspondiente. Mi método es pasar tiempo prestando mucha atención. Busco temas en el paisaje que son visualmente llamativos y que evocan una energía emocional fascinante para mí.
Mis pinturas se realizan principalmente en el estudio y se basan en fotografías que tomé de modelos significativos con una calidad de luz que me conmueve. Mezclar muchas variaciones sutiles de color de pintura es un desafío que disfruto. He sido influenciada por el trabajo por varios pintores estadounidenses del siglo XIX, así como Homer, Hopper, Kent, Ault y Benton, y varios pintores realistas contemporáneos.
Cuando volvía a casa desde la escuela, cuando era pequeña, me impresionó la exquisita intensidad de la luz de la tarde. Llegué a llamar a ese momento del día el "tiempo de cambio" porque parecía proporcionar un vacío en mi percepción habitual del tiempo: un espacio en el que el pasado y el futuro se sentían más fluidos y presentes. Ahora también lo entiendo como un momento en que mi propia mortalidad se refleja en la del día, haciendo que la trascendencia sea muy posible. Gran parte de mi trabajo puede verse como una descripción fiel de edificios particulares, colinas o campos, pero todo está hecho para expresar la yuxtaposición de lo finito y lo infinito".
Fuentes:
Nota: La propiedad intelectual de las imágenes que aparecen en este blog corresponde a sus autores y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo de este sitio es divulgar el conocimiento de estos pintores, a los que admiro, y que otras personas disfruten contemplando sus obras.














































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