La musa del 27, Maruja Mallo
pintora española, nació en Vivero, Lugo, el 5 de enero de 1902 en el seno de
una familia numerosa, eran catorce hermanos, ella fue la cuarta hija. Su
familia tenía una buena posición y era cultivada. Su nombre real era el de Ana
María Gómez González, tanto ella como su hermano el escultor Cristino Mallo
utilizaron el segundo apellido de su padre.
Debido al trabajo de su
padre que era funcionario del Cuerpo de Aduanas, la familia se traslada a
Avilés, Maruja comienza aquí su formación, en la Escuela de Artes y Oficios,
que complementa con clases particulares. Dibuja copiando las ilustraciones que
llevaban las revistas de la época. En Asturias participa en distintas
exposiciones. Entre 1922 a 1926 estudia en la Real Academia de bellas Artes de
San Fernando en Madrid, al mismo tiempo asiste a la Academia Libre de
Julio Moisés. Allí entabla amistad con Luis Buñuel, Federico García Lorca,
Salvador Dalí (que la introduce en el ambiente de la Residencia de
Estudiantes), Margarita Manso, María Zambrano, Concha Méndez, también conoce a
Rafael Alberti con el que mantiene una relación sentimental. Además de una
intensa colaboración que se prolonga hasta 1931, lo que el poeta ponía en
palabras ella lo plasmaba en su pintura. Participa en 1927 en la primera
escuela de Vallecas, su serie Cloacas y campanarios se acerca a los
planteamientos de ésta, formaban parte de la escuela Alberto Sánchez, Benjamín
Palencia, Miguel Prieto, Souto, Eduardo Vicente y Rodríguez Luna.
Por esos años desarrolla una
gran actividad literaria trabajando para varias publicaciones como El
almanaque literario, La gaceta literaria o Revista de Occidente,
al mismo tiempo que ilustra las portadas de varios libros. En 1928 de la mano
de Ortega y Gasset, al que le gusta su obra, realiza su primera exposición en
los salones de la Revista de Occidente, la muestra fue un éxito. Su obra
en ese momento se encuadra dentro del realismo mágico.
La Junta de Ampliación de
Estudios le concede una pensión en 1932 para ir a París. Expone en esta ciudad
en la Galería Pierre Loeb, André Bretón compra su
cuadro Espantapájaros (1929). Es en este momento cuando su pintura
cambia totalmente, se adentra por completo en el surrealismo. Conoce a Max Ernst,
Joan Miró, René Magritte, Giorgio de Chirico, Paul Éluard o André Breton, Jean
Cassou, Picasso, Péret, Aragón, Arp y el grupo Abstraction-Création del que
formaba parte el uruguayo Joaquín Torres-García. En esta época era ya una
artista conocida, el gobierno francés le compró un cuadro para exponerlo en el
Museo Nacional de Arte Moderno.
Regresa a Madrid donde los
cambios políticos son profundos, Maruja es una artista comprometida con la
República y sus proyectos. Participa activamente en la Sociedad de Artistas Ibéricos.
Trabaja sobre temas sociales, directamente relacionados con su amistad con
Miguel Hernández. Da clases en el Instituto de Arévalo (Ávila), de dibujo
y cerámica. En 1934 sus inquietudes le llevaron a estudiar matemáticas y
geometría, ya que le interesaba aplicar estas disciplinas a su obra,
esencialmente a la cerámica. Entra en contacto con el Grupo de Artistas de Arte
Constructivo con el que Torres-García había trasladado a España la experiencia
parisina, formaban parte de la misma Moreno Villa, Manuel Ángeles Ortiz,
Palencia y Luis Castellanos que estaba empeñado en la traducción del tratado
de La Divina Proporción de Luca Paccioli. Adopta la sección áurea
como la base de su trabajo, realiza trazados armónicos preparatorios en sus obras.
Le interesa la creación de un lenguaje universal basado en los principios de la
geometría.
Se traslada a Galicia
ejerciendo como docente en las Misiones Pedagógicas. Allí se encuentra cuando
estalla la Guerra Civil, huye a Portugal. Gabriela Mistral que era amiga suya y
embajadora de Chile, la ayuda a llegar a Buenos Aires, continua su actividad
como docente y pintora. Sigue ampliando su círculo de amistades entre las que
se encuentra Pablo Neruda. Durante la Guerra Civil es destruida toda su obra
cerámica.
En Argentina se integra en
la vida cultural del país, se convierte en colaboradora de la revista Sur,
de la que también es colaborador Borges. Es en Buenos Aires donde inicia su
serie Marina y la serie Terrestre. En la serie Máscaras Maruja se
inspira en los cultos sincréticos de los indígenas. Viaja con asiduidad y
expone en distintas ciudades como Nueva York, París o Brasil. En 1939 publica
el libro "Lo popular en la plástica española a través de mi obra",
obra que empieza a incluir los retratos de mujeres, este cambio para algunas
voces es el precursor del Arte Pop norteamericano. Con Pablo Neruda viaja a la
isla de Pascua en 1945, en este tiempo inicia su serie Naturalezas vivas.
Con la llegada del peronismo al poder Maruja Mallo se traslada a Nueva York.
Es en la década de los
sesenta cuando regresa a España, instalándose en Madrid, es una auténtica
desconocida en su propio país. Ya que aquellos que fueron sus contemporáneos o
habían fallecido o continuaban en el exilio, lo que propició que su vida
pública fuera inexistente. En ningún momento deja de pintar, en la década de
los noventa del siglo pasado realiza algunas exposiciones y recibe premios como
la Medalla al Mérito en las Bellas Artes y el Premio de Artes Plásticas de
Madrid. Fallece en Madrid el 6 de febrero de 1995.
Fuentes:
Nota: La propiedad intelectual de las imágenes que aparecen en este blog
corresponde a sus autores y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo
de este sitio es divulgar el conocimiento de estos pintores, a los que admiro,
y que otras personas disfruten contemplando sus obras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puedes añadir aquí tu comentario